Rafael Serna y Emilio Silvera han descerrajado a las primeras de cambio la Puerta Grande de La Merced e impregnan de triunfo el rumbo inicial de las Colombinas. Ambos se han impuesto a su lote de novillos. Ambos han contado con sendos ejemplares (el cuarto, en el caso de Serna, y el segundo para Silvera) con muchas opciones para el triunfo por su nobleza y embestida enclasada y los dos los han aprovechado. Rafael, componiendo una faena a más, muy enfibrada y rematada con un certero volapiés. Emilio, toreando despacio y a compás, acompañando con todo el cuerpo, la embestida del utrero de Villamarta, siempre metido en la muleta. Los otros dos ejemplares de los triunfadores de la novillada no sirvieron por parados y faltos total de transmisión.

 

A Rodrigo Molina le toca irse a pie, sobre todo, por el mal uso de la espada. Porque a su tercero lo toreó también con gusto y templado y con el sexto anduvo batallador e inconformista, aunque no obtuvo respuesta del utrero de Villamarta.