Juan Silva Juanito se ha erigido en el primer triunfador de la Feria Taurina de Colombinas de 2018 al cortar tres orejas de su lote de novillos de Villamarta, de distinto comportamiento. De embestida importante y exigente el que hizo quinto, se encontró la respuesta solvente y firme del novillero portugués, que destila capacidad, buen corte y muchas ganas de ser. Se fajó con este segundo utrero de su lote, ligándole las series con transmisión y aplicando no pocas dosis de torería, por ejemplo, en el broche de las tandas. Tiene recursos y los destila, conecta con el público porque no se deja nada dentro y tiene firmeza, buena estética y valor sincero en su toreo. Con la espada, fue un cañón en este quinto. Con el primero de su lote, ya apuntó actitud y aptitud, que sabe ver a los novillos y aplicarle su concepto. Además, tiene variedad tanto con el capote y con la muleta y eso llama pronto la atención del espectador para meterle en su faena. Paso firme y rotundo por Huelva de Juanito, justificando de largo su inclusión en las Colombinas.

 

Buena dimensión también de Emilio Silvera, que emborronó con la espada lo que pudo y debió ser un triunfo importante. Toreó muy despacio y con mucho gusto a su excelente primer novillo, al que le cogió pronto el ritmo y con el que compuso varias tandas, sobre todo por el lado izquierdo, que destilaron torería a raudales. Como ligó los muletazos, pronto encendió el entusiasmo en los tendidos. Su segundo fue otro tipo de novillo, con otras interrogantes y Emilio le respondió con raza de novillero en una faena a más que fue creciendo en intensidad conforme lo hizo la entrega del torero onubense por imponerse. Lástima de que el acero le privara de la Puerta Grande que tuvo cerca.

 

De vacío se fue Alfonso Cadaval, que compuso lo mejor de su actuación ante el encastado sexto, que embestía con emoción y por abajo, revolviéndose con celo en busca de los vuelos de la muleta cuando salía de éstos. Ligó el sevillano en las primeras tandas y su inicio de faena tuvo transmisión, pero el nivel fue a menos hasta la sucesión de desaciertos con la espada y el descabello. En el tercero recogió una ovación después de una faena de voluntad ante las complicaciones que le planteó el novillo de Villamarta, ganadería que, un año más, deja una buena impronta en la Plaza de su tierra.